Pocas cantantes han surgido en el país en los últimos años. Algunas se quejan por la falta de apoyo y la cantidad de impuestos
POR JORGE RAMOS C.La decadencia de las solistas dominicanas ha sido tan notoria en los últimos años, que muchas se han visto en la necesidad de bajar de categoría en el sentido de los escenarios donde se presentan.
Para nuestros artistas resulta cuesta arriba mantenerse dignamente en la profesión con los altos costos de los grandes auditorios, la cantidad de impuestos o los patrocinadores de ese tipo de actividades que cada vez son más escasas.
Las locaciones donde las solistas medían fuerzas y demostraban sus poderes de convocatoria en los años 80 eran el Estadio Olímpico, el Quisqueya, el Teatro Nacional, La Fuente del hotel Jaragua (ahora teatro La Fiesta), El Maunaloa y el desaparecido Chantillí, entre otros.
Hoy en día la situación es distinta, y eso no sólo se produce en la República Dominicana, pues algunos cantantes vienen diciendo que estaban agotando una gira por Estados Unidos cuando la realidad es otra.
Es una pena que nuestros solistas, femeninas y masculinos, se vean obligados, por un asunto de subsistencia, a cantar en restaurantes de baja calaña, comedores y otros sitios calificados como de “mala muerte”.
Y esos son los que han tenido la suerte de mantenerse en el medio artístico, porque hay una larga lista de artistas cuyas adversidades los han obligado a desertar.
Solo quedan recuerdos de cantantes que sonaban constantemente en la radio y tenían presentaciones regulares en la televisión y lugares nocturnos.
Los artistas que no han tenido que emigrar del país a actuar en sitios de poca categoría, se han visto compelidos a abandonar los escenarios y dedicarse a criar a sus hijos con otros oficios.
Ejemplos hay de sobra en República Dominicana, un país donde cada día se le ponen más trabas a la diversión, con altos impuestos y limitaciones de horario. Si alguien sabe de Omar Franco, que nos lo haga saber.
La gente también pregunta por el paradero de Taty Salas, Valeria, Sonia Alfonso o de Olga Lara, que dejó los escenarios hace un buen tiempo. O simplemente, ¿que ha sucedido con la carrera artística de una cantante de la talla de Maridalia Hernández, de cuya poca trascendencia se culpaba al empresario discográfico Bienvenido Rodríguez, pero hace cuatro años que éste le dio la libertad y todo ha seguido igual en cuanto a su escasa proyección.
Vickiana, una mujer que ha llenado los principales estadios de esta media isla del Caribe en 25 años de carrera, incluido el Quisqueya en la década del 80, hace unos días actuó en un colmado de la calle Hostos en la Zona Colonial.
Las únicas que se mantienen en el medio, sea en una actividad o en otra, trabajando con mucho tesón, grabando y haciendo lo imposible por sonar en la radio son Jackeline Estévez, Marcel y Edilí. Y de la nueva cosecha hay que mencionar a Crystal Marie, quien estuvo nominada a la más reciente entrega de los premios Casandra.
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